Los Clotarios han atravesado varias etapas a lo largo de los años, pero en ningún momento se abandonaron a la hora de escribir la letra de una canción, siempre y en cada momento existió un compromiso visceral con las estrofas de cada una de ellas, la honestidad se acentuaba como una característica no por una pretensión sino porque lo que se volcaba en el papel no estaba ficcionado, no buscaba agradarle a alguien en particular ni a un público en general, anhelaban, por el contrario, instigadosporunanecesidadinquisitoria, concebiresaletraparamusicalizarlaeintentarcompartir el sentimiento que se convirtió en musa para inspirar su ceración. Intentan en cada instante que la música y la letra comulguen buscando ser leales consigo mismos, sin perder de vista su identidad y posando sus ojos siempre en el horizonte para no atascar sus voluntades. Los argumentos de los temas son variados, política, fracaso, abandono, desamor, frustración, miedo o temor, sueños e ilusión, muerte y vida, esperanza y desazón, el pecado y su adicción, el descenso y su horror, el amor y su pasión coronados todos en canción.